Por octavo año consecutivo, se ha presentado el Barómetro Industrial del COGITI-Cátedra Internacional COGITI de Ingeniería y Política Industrial (UCAM), en cuyas páginas se incluye el informe Una perspectiva económica de la situación de la industria en España. El Barómetro Industrial, elaborado por el Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España (COGITI) –con la colaboración de la Fundación Caja de Ingenieros– es un estudio sociológico en el que, a través de las respuestas ofrecidas por 2.388 Ingenieros Técnicos Industriales y Graduados en Ingeniería de la rama industrial de todos los ámbitos productivos y de toda la geografía española, se valora la situación actual del sector en España y su evolución –tanto a nivel nacional como regional–, así como una serie de temas de actualidad.
Por su parte, el informe “Una perspectiva económica de la situación de la industria en España”, que una vez más se incluye en esta edición del Barómetro ha sido elaborado por el Servicio de Estudios del Consejo General de Economistas de España (CGE), analiza la situación de la industria desde un punto de vista económico, a la vez que hace una comparativa de la situación en las distintas comunidades autónomas, así como entre España y el resto de países europeos.
Principales conclusiones del Barómetro Industrial 2024
Temas de actualidad
Uno de los asuntos que más preocupa es la creciente dificultad para captar talento cualificado en la industria. Un 58 % de los ingenieros encuestados considera que existe una falta importante de perfiles técnicos especializados en el mercado laboral, lo que evidencia una brecha significativa entre la formación actual y las competencias efectivamente requeridas en el entorno productivo. Esta falta de adecuación repercute directamente en la capacidad de las empresas para innovar, ejecutar proyectos estratégicos y afrontar con garantías los procesos de transición tecnológica.
Otro de los temas por los que se les ha preguntado es la necesidad de reforzar las medidas de defensa comercial frente al dumping (empresas extranjeras introducen productos a precios artificialmente bajos en el mercado europeo). Más de la mitad de los ingenieros (53 %) opina que la Unión Europea debería endurecer sus medidas frente al “dumping” y la competencia desleal, reflejando una fuerte demanda de protección. Un 18 % aboga por actuar con precaución solo en casos justificados, y un 14 % prefiere mantener las medidas actuales.
En relación con la crisis del automóvil en Europa, derivada en parte del auge de los fabricantes asiáticos y la caída de la demanda, los ingenieros encuestados expresan un elevado nivel de inquietud por las posibles repercusiones que esta situación podría tener en España, país con una fuerte dependencia de la industria auxiliar de automoción. Un 74 % de los profesionales considera que esta crisis puede tener un impacto negativo significativo sobre el sector en nuestro país.
Respecto a la introducción del vehículo eléctrico, los ingenieros identifican varios obstáculos que ralentizan su desarrollo. El principal obstáculo para adoptar el vehículo eléctrico en España es su precio elevado (35 %), seguido de la escasez de puntos de recarga (27 %), lo que refleja una preocupación por la infraestructura disponible. Además, el 21 % muestra desconfianza en la seguridad de estos vehículos. Por otra parte, la mayoría de los encuestados (73%) considera un error que el sector automovilístico europeo se enfoque exclusivamente en la tecnología del coche eléctrico, frente al 21 % que opina justamente lo contrario.
Otro de los temas ha sido la transición hacia una industria descarbonizada. Para lograr este objetivo, los encuestados destacan como medidas prioritarias el fomento de la investigación y el desarrollo industrial; el incentivo a nuevas inversiones, y la protección del “Made in Spain” o “Made in Europe”. Estas respuestas evidencian el deseo del colectivo de liderar una transición verde que no comprometa la competitividad ni la soberanía industrial del país.
La dependencia europea de materiales críticos es otro de los aspectos que genera preocupación. Los ingenieros muestran una clara preferencia por medidas innovadoras y sostenibles para reducir la dependencia europea de estos materiales. La investigación en nuevos materiales se valora como la opción más prioritaria, seguida por los contratos a largo plazo con proveedores. También se consideran relevantes el reciclaje y las nuevas prospecciones, aunque en menor medida.
En cuanto a la reforma del mercado eléctrico europeo, se observa una clara preferencia por medidas que favorezcan la estabilidad de precios y el impulso a las energías renovables. La fiscalidad favorable a las energías limpias (32%), la eliminación del modelo marginalista (26%) y la apuesta por contratos a largo plazo (23%) se sitúan entre las propuestas más respaldadas. Estas respuestas reflejan un deseo colectivo de avanzar hacia un sistema energético más justo, previsible y competitivo.
El cierre progresivo de las centrales nucleares en España también ha sido objeto de consulta. Según los datos del Barómetro Industrial 2024, en el contexto del cierre programado de las centrales nucleares españolas, que actualmente aportan aproximadamente el 20 % de la producción eléctrica nacional, se preguntó a los ingenieros si consideran adecuada esta medida o si, por el contrario, debería ampliarse su vida útil. Según los datos recogidos, una amplia mayoría del 78 % de los encuestados considera que debería ampliarse la vida útil de las centrales nucleares, lo que indica un respaldo mayoritario a mantener estas instalaciones activas durante más tiempo del inicialmente previsto. Solo un 15 % considera adecuado el cierre en las fechas ya establecidas, y un 6 % se muestra indeciso o no se pronuncia al respecto.
Los resultados reflejan una visión predominantemente crítica sobre las consecuencias del cierre de las centrales nucleares. La mayoría de los encuestados (48 %) considera que el cierre de las centrales nucleares aumentará el precio de la electricidad, reflejando una preocupación generalizada por sus efectos económicos. Un 22 % teme problemas de suministro, mientras que un 12 % cree que se fomentarán nuevas fuentes renovables. Un 9 % opina que impulsará el uso de centrales de ciclo combinado, y un 4 % piensa que promoverá la inversión en almacenamiento de energía.
En materia de sostenibilidad, la mayoría de las empresas muestra un escaso nivel de preparación respecto a la elaboración del Informe de Sostenibilidad o Estado de Información No Financiera. Un 51 % refleja un elevado desconocimiento sobre esta obligación. Un 37 % afirma que no lo elabora ni estará obligada, mientras que solo un 12 % indica que sí lo prepara o lo hará este año. Estos datos evidencian la limitada implantación de esta normativa y subrayan la necesidad de más información, apoyo institucional y sensibilización para facilitar su cumplimiento. Además, un 59 % lo valora con un nivel alto de importancia, destacando su utilidad para el desarrollo de la actividad, el acceso a financiación y la generación de negocios.
En materia de productividad industrial, los profesionales encuestados destacan la necesidad de incentivar la I+D+i (35%), apoyar el desarrollo de soluciones basadas en inteligencia artificial (31%), y promover la formación en industrias descarbonizadas (29%). También se valora positivamente la incorporación de nuevas tecnologías y modelos de trabajo más flexibles, como vía para aumentar la competitividad sin renunciar al bienestar laboral.
La presión fiscal es percibida como un obstáculo creciente para el desarrollo empresarial. Un 59% de las empresas industriales reconoce un aumento de esta carga en los últimos años, y un 80% considera que su impacto es muy relevante. Esta percepción sugiere la necesidad de revisar los marcos tributarios actuales para asegurar que no penalicen la inversión ni dificulten la modernización del tejido productivo.
En cuanto a la inteligencia artificial, se percibe un interés creciente, aunque todavía muchas empresas no han iniciado su preparación para integrarla. El 46% afirma no haber dado pasos concretos en este sentido, si bien se reconoce de forma mayoritaria su potencial para transformar el modelo industrial, mejorar la eficiencia operativa y abrir nuevas oportunidades de negocio; frente al 24% de las empresas que aseguran estar preparadas en gran medida.
Situación del sector industrial
En líneas generales, las respuestas de los ingenieros encuestados en el Barómetro Industrial sobre la situación del sector industrial son muy similares a las obtenidas el año anterior.
Desde el punto de vista territorial, un 38% valora la situación del sector industrial en su provincia como intermedia, y aunque el 33% la considera buena o muy buena, persiste un 29% que mantiene una visión negativa. A nivel nacional, las valoraciones también son predominantemente intermedias (49%), pero se observa una ligera mejora en las respuestas positivas en comparación con el año anterior, ya que han subido del 18 % en 2023 al 22 % en 2024. Esta evolución apunta a una leve recuperación del optimismo colectivo, aunque las cifras reflejan aún un amplio margen de mejora.
La crítica a los incentivos públicos al sector industrial sigue siendo una constante. Casi la mitad de los ingenieros encuestados considera insuficientes las medidas adoptadas tanto a nivel autonómico como estatal. En el ámbito nacional, el 54% expresa su insatisfacción con las políticas de fomento industrial, mientras que en el plano regional esta percepción se sitúa en torno al 48%. Estos datos evidencian una demanda persistente de políticas más eficaces, coherentes y ajustadas a la realidad del sector, especialmente en materia de fiscalidad, financiación, innovación y descarbonización.
En cuanto a la previsión de evolución del sector industrial a corto-medio plazo en España (en los próximos 6 meses), tal y como reflejan los datos del barómetro, el 33% de los encuestados se inclina por una visión crítica y negativa, aunque con una percepción ligeramente más positiva que en el año anterior. La opción intermedia ha sido elegida por el 42% de los ingenieros encuestados. El 25% considera que la evolución será buena o muy buena.
La valoración de las políticas públicas es uno de los aspectos más críticos. El 76% de los encuestados cree que la Administración central no está llevando a cabo las actuaciones necesarias para impulsar la economía, frente al 14% que opina que sí.
El 76% de los trabajadores por cuenta ajena considera que su situación laboral en la empresa donde trabaja es buena o muy buena, frente al 5% que la considera mala o muy mala. Por su parte, el 81% ve bastante o muy probable la posibilidad de mantener su puesto de trabajo actual.
En el caso de los trabajadores por cuenta ajena, el 54% afirma que sí se ha implantado el teletrabajo, frente a un 43% que indica lo contrario. Solo un 3% opta por “no sabe/no contesta”, lo que refleja una percepción muy clara del entorno laboral en este aspecto. El dato confirma que el teletrabajo sigue siendo una realidad asentada para más de la mitad del colectivo. En el caso de los trabajadores por cuenta propia, un 44% de los encuestados indica que dentro de su empresa sí se ha incluido la modalidad del teletrabajo en un modelo mixto, combinándolo con la presencialidad. Por otro lado, un 38% afirma que no lo ha hecho, mientras que el 18% restante se posiciona en la opción “no sabe / no contesta”.
En el caso de los trabajadores por cuenta propia (empresario o autónomo), el 42 % de los participantes valoró la situación económica de su empresa en una escala intermedia, aunque una cifra prácticamente similar de los encuestados, el 41%, tiene una percepción bastante negativa. Un significativo 52% considera que la situación es buena o muy buena.
En cuanto a la evolución económica de su empresa en los próximos años, la visión es también optimista, ya que el 57% opina que será buena o muy buena (7 puntos más que en 2023), el 37% la sitúa en una escala intermedia (3 puntos menos que en 2023), y el 5% (4 puntos menos que el año anterior) considera que será mala o muy mala.
Análisis de la situación de la industria en España
En 2023, la cifra de negocios del sector industrial, el total de compras de bienes y servicios y el excedente bruto de explotación cayeron respectivamente un -6,83%, un -11,57% y un -0,81%.
En 2023, de nuevo, casi 9 de cada 10 empresas del sector eran manufactureras, concentrando el 80,5% de la facturación total de la industria (76,3% en 2022).
La evolución de la industria en 2023 muestra una marcada volatilidad, con sectores que han experimentado fuertes caídas. En particular, las industrias extractivas registraron una contracción del 30,1%, revirtiendo el crecimiento positivo de los dos años anteriores. Asimismo, el sector de suministro de agua sufrió una caída del 15,1%, la mayor en más de una década, lo que refleja una desaceleración significativa en su actividad. No obstante, un dato positivo lo aporta el sector de suministro de energía, que, tras dos años de caídas, volvió a terreno positivo con un crecimiento del 5,6% en 2023.
En cuanto al Valor Añadido Bruto (VAB) –es decir, la diferencia entre los gastos de producción y los ingresos por ventas–, el sector industrial aportó el 16,1% del VAB del país en 2023, reflejando una leve disminución en comparación con 2021, cuando su contribución fue del 17%. Esta cifra es notablemente superior a la de los sectores de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (2,7%) y construcción (5,9%).
Analizando la influencia sobre el empleo nacional, se observa cómo la industria sigue destacando sobre los sectores de la agricultura y la construcción. A pesar de la notable desaceleración observada en el segundo trimestre de 2023, cuando pasó a representar el 12,9% del empleo total, el sector inició una leve recuperación y estabilización, finalizando el cuarto trimestre de 2024 con un 13,4% del empleo total.
La encuesta de coyuntura industrial del Ministerio de Industria y Turismo de enero muestra un Indicador de Clima Industrial (ICI) de -4,5 puntos en diciembre de 2024. Dicho ICI encadena 31 meses en negativo de manera consecutiva (julio de 2022 a enero de 2025).
En este informe se ha obtenido también el Índice de Producción Industrial (IPI) y el Índice de Ventas (IV) en Europa con base en la última información disponible de Eurostat. En referencia al primero, España se ha situado a lo largo de 2024 por encima de la media europea. Esto contrasta con 2023 y 2022, que se situaba por debajo de la media europea durante todo el año. Además, el Índice de Producción Industrial ha mostrado una evolución desigual a lo largo de 2024. Y en cuanto al Índice de Ventas, hay que destacar que dicho índice se ha situado para España por encima de la UE en todos los meses de 2024, algo que ya viniera sucediendo desde abril de 2022.
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