El gran reto para el ser humano en los próximos años es la descarbonización del planeta, sin que ello suponga la pérdida de los avances tecnológicos que, basados en el consumo de energía, usamos a diario.
Hasta la fecha, la fuente de energía base para el desarrollo tecnológico provenía de los combustibles fósiles. El carbón y el petróleo han sido la fuente energética de la industrialización y por lo tanto del desarrollo económico actual. Pero al mismo tiempo que se producía esa evolución, la atmósfera se fue contaminado con los conocidos gases de efecto invernadero, generando un grave problema climático.
La búsqueda de fuentes energéticas alternativas y más ecológicas, nos ha llevado al desarrollo de sistemas que permiten el uso de fuentes renovables con las que generar energía eléctrica. La energía solar, eólica, hidráulica por saltos de agua o la fuerza de las mareas, son algunas de ellas.
Como fuente de energía alternativa, también es conocido desde el comienzo de la industrialización un gas cuyo uso no es contaminante y se podría considerar como una fuente de energía inagotable, el hidrógeno.
Desde que el cambio climático se ha convertido en un grave problema, el hidrógeno ha cobrado protagonismo y se postula como el combustible del futuro.
Al hidrógeno se le considera el gas ecológico por excelencia, lo que no es del todo cierto. Evidentemente, no es un gas contaminante en sí mismo, pero sí lo puede ser en su proceso de obtención, almacenamiento o transporte. Por esa razón, el hidrógeno se ha categorizado en función de su forma de obtención en gris, azul o verde. Los colores ya denotan que los dos primeros son sistemas que producen el hidrógeno con medios poco ecológicos.
Por lo tanto, el hidrógeno verde es el gran reto productivo y objeto de la investigación actual.
El hidrógeno es el elemento químico más abundante en la tierra y se considera que está presente en el 75% de la materia en el universo. Es el primero en la tabla periódica con el 1 como número atómico.
Es un gas ligero que no genera emisiones contaminantes con su uso, inflamable, insípido, incoloro e inodoro.
Su átomo está formado por un protón y un electrón, siendo estable como molécula diatómica H2.
Fue descubierto en el siglo XVIII por Henry Cavendish.
Técnicamente, se considera hidrógeno verde al que se produce usando fuentes de energía renovable para la generación de la electricidad que se necesita en el proceso de obtención.
El concepto es fácil de entender porque se trata de no contaminar en el proceso de producción ya que, siendo el hidrógeno un combustible no contaminante, perdería esa capacidad si en el proceso productivo se emite dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. El hidrógeno se puede obtener por otros medios que podrían ser más económicos, pero al mismo tiempo más contaminantes.
Desgraciadamente, el hidrógeno no se encuentra en estado libre sino formando parte de otros elementos químicos. En su combinación con el oxígeno se encuentra en el agua.
Para la obtención del hidrógeno verde se usa un proceso químico conocido como electrólisis. Para ello se requiere de una corriente eléctrica con la que se consigue separar el hidrógeno del oxígeno del agua.
De forma elemental, el proceso de electrolisis consiste en lo siguiente:
Aunque aparentemente es un proceso sencillo, solo se requiere agua y electricidad, se complica enormemente cuando entra en juego la parte económica. Su alto coste en la producción genera serias dudas sobre su viabilidad en el futuro. Es posible que tenga que convivir con otras fuentes energéticas de costes más reducidos o que requiera de un desarrollo tecnológico que abarate su producción.
En el caso del hidrógeno verde, como en el de cualquier fuente de energía, una vez superado el reto de su obtención, hay que desarrollar un sistema de almacenamiento y transporte que facilite su distribución.
Al igual que ocurre con otros gases, el hidrógeno ocupa un gran volumen y requiere de tecnologías que permitan manejarlo con facilidad. Muchas de esas tecnologías ya han sido desarrolladas para otros gases y tan solo hay que adaptarlas a las peculiaridades de éste:
Las aplicaciones del hidrógeno verde son muy diversas:
El hidrógeno como fuente de energía es un gas con sus pros y contras. Su obtención en procesos que lo califican como hidrógeno verde hará que se convierta en la fuente de energía más ecológica y sostenible, base para la descarbonización de la atmosfera en un futuro muy cercano.
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