Iberdrola y Navantia han celebrado esta semana el acto de entrega de la subestación eléctrica, bautizada como Andalucía II, construida por Navantia íntegramente en el astillero de Puerto Real, y destinada al parque eólico marino East Anglia One de Iberdrola en el Reino Unido.
Andalucía II, la mayor subestación marina en corriente alterna construida, iniciará su travesía en las próximas semanas al parque eólico que Iberdrola levanta en aguas británicas. Con una potencia instalada de 714 megavatios (MW) y una inversión de más de 3.000 millones de euros, se trata del proyecto renovable español más grande desarrollado hasta el momento en el mundo.
Al acto de entrega de la subestación eléctrica han acudido José Esteban García Vilasánchez, presidente de Navantia; Ignacio Galán, presidente de Iberdrola; y Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, que ejerce de madrina de la instalación energética.
El parque eólico marino East Anglia One se ha convertido en uno de los principales motores económicos de empresas españolas. Como ya ocurriera con el proyecto eólico marino Wikinger (operativo en Alemania), Iberdrola ha contado con la participación de Navantia y una treintena de empresas auxiliares locales para la construcción de un elemento fundamental del parque marino, la subestación.
La entrega de esta unidad, realizada en los plazos acordados tras 16 meses de trabajo, ha permitido la generación de una media de 450 empleos -en su gran mayoría locales- que, en momentos punta de trabajo, se ha elevado a 600 personas.
Esteban García Vilasánchez agradeció a Iberdrola la oportunidad de demostrar las capacidades de Navantia para desarrollar programas tan de vanguardia en un sector de futuro como el eólico marino. Asimismo, comentó que se trata de “una línea de negocio de diversificación clave para Navantia, que complementa la actividad principal, el mercado naval de defensa como empresa estratégica al servicio de la seguridad nacional, tal y como refleja el plan estratégico de la Compañía”.
Ignacio Galán, por su parte, destacó el papel clave de las “tecnologías renovables eficientes”, como la eólica marina, en la “necesidad de afrontar el grave problema del cambio climático, que nos obliga a avanzar urgentemente hacia la descarbonización de la economía y una mayor electrificación de la misma”. En este sentido, el presidente de Iberdrola valoró el nuevo objetivo de la UE de alcanzar un 32% de renovables en 2030 y agradeció la iniciativa de la Comisión Europea, así como la “determinación” de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Galán también resaltó que la construcción de la subestación Andalucía II “ejemplifica la Andalucía pujante e industrial, que sitúa a esta tierra a la vanguardia de la innovación tecnológica, demostrando su capacidad de generación de riqueza y empleo”.
La subestación marina Andalucía II es el núcleo central del parque eólico que Iberdrola promueve en aguas británicas y su función consiste en recoger la electricidad producida por los aerogeneradores y transformar la tensión de 66 kV a 220 kV. Posteriormente, la electricidad se transmite por el cable marino hasta tierra, minimizando las pérdidas de potencia en su recorrido.
Andalucía II es la mayor subestación marina en corriente alterna construida en el mundo e incluye innovaciones de diseño planteadas por Iberdrola, con las que se ha conseguido una estructura más compacta (3.900 toneladas) con el fin de permitir su instalación por un barco especializado en el sector de eólica marina.
La subestación Andalucía II iniciará su travesía desde Puerto Real a aguas inglesas a primeros de agosto, de tal forma que podría estar instalada en el parque eólico de Iberdrola a finales del próximo mes o principios de septiembre. Durante los próximos meses, se procederá asimismo a la instalación en el emplazamiento del resto de componentes del parque, entre ellos las estructuras tipo jackets y los pilotes, antes de la colocación de los aerogeneradores.
East Anglia One entrará en operación en 2020 y producirá energía limpia suficiente para abastecer a cerca de 600.000 hogares británicos.