Hasta 300 km/h de un borde del tejido al otro: así de rápido transporta el aire comprimido el hilo en los telares por chorro de aire de Delcotex. La empresa está especializada en la fabricación de tejidos técnicos para distintos sectores industriales. El aire comprimido necesario para ello debe estar exento de aceite y cumplir los máximos requisitos de calidad. Un campo de aplicación ideal para los turbocompresores de BOGE, que permiten ahorrar hasta un 35 % de energía.
La historia de Delcotex Delius Techtex GmbH & Co. KG se remonta muy atrás. Ya en 1722, Johann Caspar Delius sentó las bases de la empresa al fundar un comercio de lino. A lo largo de los años, la familia Delius puso en marcha varias tejedurías mecánicas, que fue adaptando de forma continua a los estándares modernos.
Mientras que la empresa Delius se dedica a la fabricación de tejidos decorativos, tapicería y papel pintado, Delcotex, fundada en 2002 dentro del grupo Delius, se centra en la producción de tejidos técnicos. Hoy en día, la empresa es líder del mercado en Europa y cuenta con una plantilla de aproximadamente 180 personas en su centro de producción de Bielefeld. En una superficie de más de 25.000 m² operan más de 100 telares, así como numerosas máquinas especiales para la elaboración de productos intermedios y el control de calidad.
Ya sea en cintas transportadoras en aeropuertos, cubiertas de tejado para supermercados, paracaídas o chalecos antibalas, los campos de aplicación de los tejidos funcionales son muchos y muy versátiles. Y la demanda no deja de crecer.
Para ampliar su capacidad de producción, la empresa construyó hace dos años una nave adicional destinada a la fabricación y almacenamiento de tejidos acabados. El corazón de la producción lo constituyen los telares de chorro de aire, en los que se elaboran tejidos altamente especializados mediante tecnologías complejas y según los requisitos de cada cliente. En este proceso se entrelazan hilos de urdimbre y de trama. Los hilos de urdimbre, que forman la estructura del tejido, discurren paralelos al borde de la tela, mientras que los hilos de trama se insertan de forma transversal. En los telares de pinzas, estos hilos de trama se transportan mediante componentes mecánicos; en cambio, en los telares de chorros de aire, un flujo de aire impulsa los hilos de un borde al otro. La entrada de aire se controla mediante tecnología de válvulas de última generación. “Con nuestros telares de chorros de aire también podemos procesar hilos muy finos a gran velocidad”, explica Lutz Burghoff, director del área de operaciones y tecnología en Delcotex. “Con ellos alcanzamos más de 1.000 inserciones de trama por minuto”.
El uso de esta tecnología en la fabricación textil conlleva una elevada demanda de aire comprimido. Sin embargo, el empleo de aire comprimido supone unos costes muy elevados. Por ello, Delcotex da prioridad al uso de compresores potentes y energéticamente eficientes. “Al principio utilizábamos compresores de tornillo exentos de aceite, con una potencia de 500 kW cada uno, de otro fabricante”, explica Lutz Burghoff. “Sin embargo, nos encontramos ante la disyuntiva de someter las máquinas existentes a una revisión general o invertir en nuevos compresores más eficientes. Dada su proximidad geográfica, naturalmente nos pusimos en contacto con BOGE”. El fabricante de compresores, que también tiene su sede en el barrio de Jöllenbeck, recomendó sustituir los compresores de tornillo por turbocompresores del modelo T 220. Delcotex espera así aumentar de forma notable la eficiencia energética y reducir los costes de explotación.
Uso de turbocompresores para una tecnología textil compleja
A lo largo de los años, BOGE ha perfeccionado sus turbocompresores hasta adaptarlos por completo a los requisitos de uso específicos de Delcotex. “Mantenemos un contacto constante con Delcotex y siempre estamos disponibles para ofrecer soluciones rápidas”, señala Peter Boldt, responsable del área de desarrollo de turbocompresores en BOGE. Una herramienta clave en este proceso es BOGE connect, el sistema Smart Service Tool 4.0, que proporciona una valiosa ayuda gracias a la supervisión continua y la visualización de todos los parámetros operativos pertinentes y, de este modo, permite detectar a tiempo posibles incidencias y poner de manifiesto oportunidades de mejora. Tras comprobar la eficiencia, durabilidad y fiabilidad del primer modelo T 220, el fabricante textil decidió incorporar dos unidades más, que cubren una demanda de aire comprimido de 90 m³/min a una presión de 7,6 bar. La planta funciona en régimen de tres turnos.
Los compresores de la serie T de BOGE suministran aire comprimido exento de aceite de la clase 0. Su diseño, minuciosamente estudiado, se basa en un sistema de accionamiento innovador, así como en la reducción del número de componentes, el uso de motores de imanes permanentes de alta eficiencia energética y una compresión dinámica en varias etapas. Lo que distingue a este concepto es que, como el eje de accionamiento presenta un soporte neumático y se estabiliza por sí solo, no necesita ni energía adicional ni lubricantes, lo que significa que esta tecnología garantiza un funcionamiento excelente con un desgaste mínimo. La ausencia total de aceite y lubricantes permite generar aire comprimido absolutamente exento de aceite, lo que supone una gran ventaja, por ejemplo, frente a los compresores de tornillo exentos de aceite, que comprimen sin aceite, pero necesitan un circuito de aceite para lubricar la transmisión.
En cambio, el T 220, no necesita ni una gota de aceite, lo que lo convierte en una opción ideal para procesos con altos requisitos de higiene. Además, este compresor centrífugo destaca por ofrecer un máximo nivel de eficiencia. Su diseño en tres etapas de compresión permite reducir al mínimo las temperaturas de compresión y limitar las pérdidas mecánicas. Los impulsores de alta calidad fabricados en titanio también contribuyen a su elevado rendimiento, pues alcanzan velocidades superiores a las 100.000 revoluciones por minuto.
Con una potencia nominal de 220 kW, el compresor centrífugo T 220 genera aire comprimido exento de aceite en un rango de presión de entre 5 y 8,5 bar, con un caudal de hasta 40 m³/min. La eliminación completa de los componentes del circuito de aceite, junto con el uso de motores de imanes permanentes extremadamente compactos, permite reducir de forma significativa tanto el peso como el tamaño del T 220 en comparación con los compresores de tornillo exentos de aceite: Solo tiene la mitad de tamaño y un tercio del peso. Así, gracias a su diseño sumamente compacto, los turbocompresores también son adecuados para su uso en espacios reducidos, característica de la que también se ha beneficiado Delcotex.
El diseño estilizado de la serie T es sinónimo de los mejores valores en lo que se refiere a la eficiencia energética, sobre todo en lo que respecta al consumo de potencia específico. Al sustituir los compresores de tornillo exentos de aceite por turbocompresores, Delcotex logró reducir el consumo energético hasta en un 35 %. Además, estos modelos permiten una recuperación de calor altamente eficiente. El calor del procesamiento de aire comprimido se transfiere al agua de proceso a través de refrigeradores y la calienta 90 °C, por lo que, a continuación, dicha agua queda disponible para otro uso adicional.
“Los turbocompresores ya vienen preparados para una utilización intensiva del calor generado”, señala Lutz Burghoff. “Aunque por el momento no estamos usando esta opción, resulta muy ventajoso el hecho de que no tendremos que introducir modificaciones estructurales cuando decidamos activar el sistema de recuperación de calor”. Esto permitirá alcanzar un ahorro energético de hasta el 90 %. El funcionamiento eficiente, extremadamente silencioso y de bajo mantenimiento de los turbocompresores, así como su diseño compacto no son los únicos elementos destacables.
Delcotex también se beneficia del sistema de control inteligente airtelligence provis 3 de BOGE, una solución que permite controlar y gestionar un número ilimitado de compresores, redes de aire comprimido y accesorios, de forma predictiva y en función del consumo.
Gracias a los convertidores de frecuencia integrados de tres niveles, el caudal puede adaptarse de forma continua a la demanda. “De este modo, los compresores funcionan siempre de forma óptima según su curva de rendimiento”, explica Lutz Burghoff. “Por ejemplo, podemos ajustar la producción de aire comprimido si una máquina debe detenerse temporalmente para su readaptación”.
BOGE no solo suministró los compresores a Delcotex, sino que también se encargó de todo el proceso: desde la planificación hasta la entrega, la instalación, el cableado y, por supuesto, la supervisión y el mantenimiento de los turbocompresores. “La colaboración es muy satisfactoria”, resume Lutz Burghoff. “Los turbocompresores, junto con el contrato de mantenimiento integral, nos ofrecen el máximo nivel de seguridad en la planificación y una excelente fiabilidad operativa”. Por ello, Delcotex tiene previsto incorporar en el futuro más modelos de la serie T, con el fin de responder aún mejor a los picos de producción.