El NPSH es un concepto usado en aplicaciones hidráulicas para el bombeo de fluidos y corresponde con el valor de una presión absoluta mínima necesaria en la aspiración de un equipo de bombeo.
Vivimos en el planeta tierra y, por tanto, estamos sometidos a las leyes físicas que lo gobiernan. Los fluidos bombeados en los procesos industriales no siempre se encuentran en las condiciones idóneas para ser vehiculados por un equipo de bombeo. Hay factores externos o físicos del propio fluido que pueden provocar el efecto llamado de cavitación a la entrada del equipo de bombeo al tratar de aspirarlos.
Algunos de estos factores son:
Todos estos factores indican las circunstancias en las que una estación de bombeo puede entrar en cavitación.
Para evitarlo hay que determinar un parámetro que garantice que ese efecto de cavitación no se va a producir. Ese parámetro es el NPSH (Net Positive Suction Head).
Básicamente, la cavitación se produce en un equipo de bombeo cuando en la aspiración se forman burbujas de gas del fluido que se trata de aspirar.
Esto ocurre cuando la presión de aspiración a la que está sometido el fluido que se quiere bombear es inferior a la tensión de vapor que tiene dicho fluido. En ese momento empieza a transformarse el fluido en vapor, es decir, se produce una evaporación parcial del fluido, generándose burbujas de gas justo en la boca de entrada al impulsor del equipo de bombeo.
Estas burbujas son arrastradas por los álabes del impulsor o rotor junto con el fluido a una zona en el perfil de salida, donde implosionan generando un punto de energía tan elevado que llega a destrozar el material constructivo de los rotores del equipo de bombeo y su voluta.
La cavitación tiene unos efectos muy significativos. Se detecta por un ruido típico acompañado de vibraciones y una pérdida de presión en la impulsión del equipo.
La cavitación provoca graves averías en los equipos de bombeo. También es difícil de resolver una vez terminada la instalación. Por esa razón es muy importante determinar los valores de NPSH correctos en la fase de estudio y así evitar una situación difícil de resolver, una vez terminada la construcción del sistema.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que existen dos valores de NPSH que hay que comparar:
El cálculo del valor del NPSH requerido es el que hace el fabricante y solo tendremos que tomarlo de la curva de funcionamiento del equipo de bombeo que se ha seleccionado para la aplicación objeto del estudio.
El valor que sí hay que calcular es el correspondiente al NPSH disponible. Existen muchos calculadores en internet y los propios fabricantes facilitan los suyos, por lo que esta labor es relativamente sencilla. En este artículo explicaremos una fórmula que puede ser muy útil para obtener un valor aproximado.
La fórmula está basada en los cuatro factores que componen el NPSH disponible:
Con esta consideración, la fórmula aplicable es:
NPSHdisp. = 105 * ((Pl-Pv) / (ρ * g)) ± Hs - Pc
Pl. Presión sobre el fluido en bar.
Pv. Tensión de vapor del fluido a la temperatura de bombeo en bar. 1 bar = 10,33 mca
ρ. Peso específico del fluido en kg/dm3
g. Gravedad 9,81 m/s2
Hs. Altura de aspiración en metros. Se pone positiva si el fluido está por encima del equipo de bombeo y negativa si está por debajo.
Pc. Pérdida de carga en la aspiración.
Conocidos estos dos valores, hay que asegurarse de que el NPSH disponible es mayor que el NPSH requerido para evitar el efecto de cavitación.
NPSH disp. ≥ NPSH req. + Coef.
Esta sería la relación básica que aseguraría que el sistema de bombeo que estamos calculando no entrará en cavitación. Habitualmente, los técnicos recomiendan añadir un coeficiente de seguridad (Coef. en la fórmula) para asegurar que una pequeña variación de las condiciones de aspiración no provoque el efecto de cavitación que se está tratando de evitar. Se suele recomendar 0,5 a 1 metro.
Este fenómeno, también conocido como límite en la capacidad de aspiración de un equipo de bombeo, está totalmente relacionado con los conceptos de NPSH vistos en los puntos anteriores.
Se produce cuando la altura estática del fluido a bombear se encuentra por debajo del equipo de bombeo, es decir, se trata de un valor negativo.
Por ejemplo, para aspirar agua de un pozo, la profundidad de éste será la que determine el valor de altura estática negativa.
En teoría se podría aspirar desde una profundidad de 10,33 metros, pero en la realidad eso no es posible y el culpable de esta situación es nuevamente el valor de NPSH disponible. Habrá que realizar los cálculos descritos anteriormente para ver si un equipo centrífugo situado en el brocal del pozo del ejemplo es capaz de aspirar el fluido.
En el caso de que los cálculos realizados indiquen que no se puede realizar la aspiración deseada, habrá que cambiar de sistema de bombeo. En el mercado existen varias alternativas y muchas de ellas son ejecuciones estandarizadas por los fabricantes. Se podrían usar equipos sumergibles, tipo lapicero o pozo profundo, con ejes de transmisión o equipos instalados en serie donde uno de ellos hace de booster del otro.
Por lo general no es una tarea fácil y siempre implica una inversión económica. Cuando aparecen problemas de cavitación en un equipo de bombeo que ya está funcionando, será necesario hacer un análisis previo de las causas que lo producen, antes de comenzar a realizar cambios costosos.
Hay que considerar que los problemas que está causando esa cavitación están producidos habitualmente por los mismos factores utilizados para realizar los cálculos, pero también pueden existir otros.
Lo primero que hay que analizar es si la cavitación es un efecto nuevo o si se produjo desde el principio.
Las soluciones a los problemas de cavitación de los sistemas de bombeo no son cosa fácil de encontrar. Estas soluciones se pueden dividir en dos grupos: acciones sobre el NPSH requerido, es decir, sobre el equipo de bombeo, o acciones sobre el NPSH disponible, es decir, sobre la instalación de aspiración. En cualquier caso, y aunque suene a broma, antes de realizar cualquier modificación, es aconsejable revisar que no esté obstruida la aspiración (trapos, lodos, palos, válvulas a medio cerrar…)
Muchas instalaciones que se encuentran funcionando correctamente pueden tener ocasionalmente pequeños episodios de cavitación. En la mayoría de los casos estos episodios son inapreciables y no revisten problemas para el equipo de bombeo.
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