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La detección de fugas en los sistemas de suministro de oxígeno de los hospitales, concretamente las más pequeñas que son inaudibles para el oído humano, ha constituido históricamente una gran dificultad para los equipos de mantenimiento. La tecnología de las cámaras de imágenes acústicas permite ahora que los hospitales localicen y cuantifiquen rápidamente las fugas, mejorando así la seguridad, la eficiencia y la gestión de costes.
Un estudio realizado en 12 hospitales españoles en 2018 midió el consumo anual de gas medicinal y estimó el uso de oxígeno en unos 350 metros cúbicos por cama y año. Para poner este dato en perspectiva, un gran hospital con 1.000 camas consumiría unos 350.000 metros cúbicos de oxígeno al año.
Ante unos volúmenes tan grandes apenas sorprende que el gas ya no se distribuye en botellas tal como se hacía en la década de 1980 sino que se suministra a las camas a través de una compleja red de tuberías desde un tanque de almacenamiento de gran tamaño. Estos sistemas de suministro tienen miles de juntas que permiten a las tuberías girar y rodear objetos fijos. Todo gas que se mueve bajo presión escapa a través de las fugas más minúsculas en un sistema de este tipo. Un par de fugas pequeñas no arruinarán ningún presupuesto, pero cuando se multiplican por miles de juntas, las pérdidas pueden ser elevadas. Incluso la pérdida del 1% del gas a través de fugas significa perder 3.500 metros cúbicos de oxígeno al año.
El problema para los ingenieros de mantenimiento no consiste necesariamente en tomar medidas correctivas sino en identificar las fugas. Las fugas importantes se detectan fácilmente pero las más pequeñas, que a menudo se consideran insignificantes, son inaudibles para el oído humano y por tanto suelen pasar desapercibidas.
La Si2-LD es uno de los modelos de cámara acústica presentados recientemente por Flir, el principal suministrador mundial de cámaras térmicas y de imágenes acústicas. Esta cámara acústica ligera y portátil, que es capaz de detectar sonidos completamente inaudibles para el oído humano, puede detectar fugas a partir de 0,0032 litros por minuto a una distancia de hasta 2,5 metros. Incluso a una distancia de 10 metros sigue siendo capaz de detectar fugas de 0,05 litros por minuto, por lo que se pueden analizar incluso zonas de difícil acceso, como tuberías elevadas, sin necesidad de escaleras o plataformas. Los potentes micrófonos de la Flir Si2-LD son capaces de detectar sonidos en un rango de frecuencia extremadamente amplio de 2 - 130 kHz.
Las imágenes capturadas por la cámara de 12 megapíxeles se visualizan en una pantalla de 5 pulgadas y 1280 x 720, mientras que el zoom 8x también permite identificar problemas desde una mayor distancia. Las zonas oscuras o inaccesibles no suponen un obstáculo: las potentes luces LED de la Flir Si2-LD iluminan los componentes para una inspección rápida y precisa.
Si bien una o dos fugas pequeñas en un suministro centralizado de oxígeno pueden parecer insignificantes, cada una entre los miles de juntas de conexión del sistema pueden acabar sufriendo fugas a lo largo del tiempo, con la consiguiente pérdida sustancial de gas y unas graves repercusiones económicas.
La Flir Si2-LD puede cuantificar no solo las fugas de oxígeno sino también de otros gases, como nitrógeno, amoníaco, dióxido de carbono y aire comprimido, un recurso vital que se utiliza en todos los hospitales en los que haya instrumentos neumáticos en funcionamiento. El software instalado en el dispositivo calcula las pérdidas económicas correspondientes, indicando así el coste de cada fuga a los equipos de mantenimiento.
Las cámaras de imágenes acústicas de la serie Si de Flir demuestran que la tecnología moderna puede ayudar de manera eficaz a los hospitales a identificar fugas, disminuir el consumo de oxígeno y mejorar la seguridad.